La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA) impulsa y promueve esta campaña de sensibilización y movilización en contra de los deberes escolares, que se basa en tres objetivos:
Los deberes, lejos de fomentar el desarrollo integral de la persona, son la herencia de un método pedagógico obsoleto que está basado en la memorización y en la repetición de contenidos. Se pretende encubrir la ineficiencia de dicho modelo educativo con una sobreacumulación de tareas a realizar sin supervisión docente directa, derivando la responsabilidad al alumnado y sus familias.
Las tareas provocan una ampliación real de la jornada escolar del alumnado, que llega a límites inaceptables. En ocasiones, la jornada llega a superar las 60 horas semanales. Ello hace que nuestros hijos e hijas vivan su proceso educativo como una película continua que les deja habitualmente sin posibilidad de descanso real y les desmotiva para implicarse en el proceso de aprendizaje.
Los deberes generan situaciones de desigualdad entre el alumnado
Existen factores como la cantidad de tiempo, los recursos económicos disponibles o la cualificación del conocimiento académico de madres y padres que influyen directamente en la realización de los deberes. Se conforma así un 'currículum oculto' para el alumnado que nada tiene ver con su capacidad o su interés y que provoca, de manera objetiva, la desigualdad entre el estudiantado.
Aquellas familias que no disponen de tiempo, no tienen la formación necesaria o no poseen la capacidad de transmitir dichos conocimientos, se ven ante la tesitura de tener que elegir entre que sus hijos e hijas se enfrenten en solitario a esta barrera educativa o costear clases particulares o academias, para intentar evitar las sanciones de las instituciones escolares si los deberes no son realizados correctamente. Estas sanciones, como la bajada de notas o los castigos sin recreo, hacen que el propio sistema educativo genere desigualdades.
Estas tareas, y las consecuencias que supone no realizarlas, hacen que el tiempo familiar se supedite a su realización, impactando en el modo de comunicación familiar, generando tensiones e influyendo negativamente en el tiempo libre y de ocio familiar. El Tribunal Constitucional puso límites ya a la presión institucional de los deberes, estableciendo que “el tiempo situado fuera del horario escolar pertenece a los padres y es indisponible para la escuela”. Los deberes son, por tanto, una injerencia en la vida familiar que se produce por una errónea aplicación de una libertad de cátedra mal entendida.
Los deberes vulneran los derechos de la infancia
El aprendizaje integral conlleva el respeto al tiempo libre del estudiantado. En este sentido, atendiendo a una visión de la educación centrada en el desarrollo de las personas, el artículo 31 de los Derechos del Niño establece que “los Estados Partes reconocen el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad (…) en condiciones de igualdad”.
Si quieres que tu AMPA o Federación se unan a la campaña, descárgate los materiales y comparte.