En plena era digital, muchos escolares siguen cargando en sus mochilas con más peso del que deberían. Los expertos recomiendan que no soporten más del 10% de su peso corporal. En un tercio de los casos, sin embargo, esta advertencia se incumple. «Es habitual contemplar como el alumnado llega a los centros escolares con mochilas ‘casi más grandes que ellos’ atestadas de libros, material escolar, el almuerzo, neceser de aseo, algún trabajo o maqueta que hayan realizado e incluso ropa de cambio», señala Mari Carmen Morillas, tesorera de Ceapa, para la que es necesario que las madres y padres impliquen a la Comunidad Educativa en la resolución de este asunto y los problemas de salud que conlleva.

Así lo explicó durante la presentación de la campaña de Prevención de las Dolencias de la Espalda entre los escolares, impulsada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) y la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE) para que las familias sepan cómo contribuir a mantener la salud de la columna vertebral de sus hijos e hijas.

Mari Carmen Morillas (centro), junto a los doctores Francisco Kovacs y Serafín Romero, en la presentación de la campaña.

Más dolencias de espalda entre menores

Antes de los 6 años, las dolencias de la espalda son excepcionales en España. Sin embargo, su frecuencia ha comenzado a aumentar a partir de los 10. De hecho, entre los 13 y 15 años ya las han padecido el 51% de los chicos y el 69% de las chicas. A partir de esa edad su frecuencia es similar a la de los adultos. Por tanto, es entre los 6 y los 10 años cuando los niños deben adquirir los hábitos que les ayuden a prevenirlas y reducir su impacto.

El aumento de las dolencias de espalda está relacionado, entre otros motivos, con el excesivo peso de las mochilas. Pero sobre todo con el mayor sedentarismo en la infancia a consecuencia del uso cada vez más extendido «del juego electrónico, del ocio pasivo» en detrimento del juego físico, advierte el doctor Francisco Kovacs, director de REIDE. «El 72% de los adolescentes se queda sentado en el sofá delante de la pantalla en vez de salir a tomar el aire», alerta. De hecho, solo el 37% de los niños realiza la actividad recomendada por Organización Mundial de la Salud (OMS) de una hora diaria de ejercicio, según la Fundación Gasol.

«Familia, maestros y médicos debemos de ser partícipes a la hora de promover y tomar conciencia de este problema», incide el doctor Serafín Romero, presidente del CGCOM.

Ejercicio en familia, clave para la espalda

Ante esta realidad, esta nueva edición de la campaña, la decimoséptima, pone el acento en la importancia de practicar deporte en familia para crear hábitos saludables desde la infancia. Está demostrado científicamente que realizar ejercicio desde pequeños, siempre que se practique de manera continuada y habitual, resulta efectivo para prevenir las dolencias de la espalda durante toda la vida. Y, en caso de que aparezcan episodios de dolor, esos hábitos reducen su duración y su impacto en la vida diaria. De ahí que sea aconsejable incorporar ese hábito a la vida cotidiana, en edades tempranas, y no considerarlo una obligación más del horario escolar, sino algo propio del ocio familiar.

Los estudios realizados demuestran que la constancia es clave. Es más importante hacer ejercicio de manera habitual que decantarse por uno u otro deporte concreto. Eso sí, cuanto más divertido y motivador resulte más probable es que los niños y niñas lo mantengan en el tiempo. Sólo existe una excepción a esta norma: la práctica de deporte a nivel competitivo muy intenso o cuasi profesional, que está desaconsejada. ¿El motivo? Se asocia a un mayor riesgo de padecer dolor de espalda. Posiblemente porque conlleva un mayor riesgo de sufrir lesiones y de desarrollar los desequilibrios musculares típicos de cada deporte.

Más recomendaciones

Las familias pueden aplicar otras medidas eficaces para prevenir. La primera es acostumbrarse a que, incluso durante un eventual episodio de dolor de espalda, es mejor evitar el reposo en cama o acortarlo tanto como sea posible; especialmente cuando dura más de 48 horas, ya que reduce el tono muscular.

Desde el ámbito escolar se pueden impulsar otras medidas que eviten el excesivo peso de las mochilas como el uso de soportes digitales, libros trimestrales o la instalación de taquillas en los colegios. Si es imposible evitar el transporte de un peso excesivo, son preferibles las mochilas con ruedas porque evitan llevar el peso sobre los hombros y espalda. Si esta opción tampoco es factible, la mochila debe situarse tan cerca del cuerpo como se pueda, sujeta con un cinturón para que no se balancee. Hay que tener en cuenta que en la infancia el centro de gravedad está situado más abajo que en la edad adulta, por lo que conviene situar la mochila a la altura de la zona lumbar.

Adecuar el mobiliario escolar a la altura real del alumnado, dado que el hecho de que no sean ergonómico ni estén adaptados a la altura de cada menor obliga a mantener posturas forzadas durante horas. Una medida sencilla sería que la altura de la silla fuese regulable, al menos durante la pubertad, cuando se da mayor diferencia en la altura entre estudiantes.

«Las familias podemos proponer la formación de comisiones de seguridad y salud en el Consejo Escolar que promuevan medidas para solucionar el problema al que nos enfrentamos», sostiene Morillas, para la que sería interesante enseñar higiene postural al alumnado o proponer en las revisiones de salud del programa del niño sano que se haga más hincapié en los problemas de espalda, entre otras medidas.

“Tenemos que ir de lo ideal a lo posible. Se trata de utilizar más la cabeza y menos la espalda”, resalta Kovacs.

¿Qué aconseja el doctor Espalda?

Con este propósito se ha publicado el Tebeo de la Espalda: Cuida tu espalda en familia. En este cómic, editado por la Unidad de la Espalda Kovacs del Hospital Universitario HLA-Moncloa, el Doctor Espalda muestra al alumnado hábitos efectivos para cuidar la columna vertebral y evitar la aparición de dolencias de espalda, así como qué hacer si se dan para reducir su impacto y duración.

Más información en la web de la Espalda www.espalda.org