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Es lógico que el presidente de una asociación de empresas privadas, cuyas cuentas de resultados dependen del material de enseñanza que compramos tanto las Administraciones como las familias, “agradezca y felicite” al Ministerio cuando sus responsables le cuentan con alegría que han metido en sus arcas 51 millones de euros de fondos públicos que han salido del bolsillo de todos los españoles. 51 millones de euros que, una vez más, sirven para seguir engordando a las empresas privadas en la línea de las políticas “liberales” que ha mantenido este Gobierno desde su primer día de mandato. Un Gobierno que ha impuesto una ley (la LOMCE) en contra de todos los agentes que intervienen en el proceso educativo; todos menos, claro está, las empresas privadas que viven a costa del erario público.
Cuando en todo el país, Confederaciones, Federaciones, Asociaciones de Padres y Madres, docentes, familias y algunas Administraciones trabajamos juntos para lograr una educación pública gratuita, en la que no solo no gasten dinero las familias sino que se racionalice el gasto público reutilizando los libros y utilizando otro tipo de material didáctico más acorde con la realidad tecnológica del siglo XXI, vemos enfrente el intento de las empresas editoriales en seguir con los métodos tradicionales que tantos beneficios les han generado.
Como intento de una empresa privada, es lógico, pero en este caso son empresas privadas que viven fundamentalmente de vaciar el bolsillo de las familias, tanto por medio de sus impuestos cuando la que compra es la Administración, como por la compra de libros y material escolar que nos imponen los centros escolares. Indirectamente, el Gobierno, con el cambio de ley y currículos, les sirve de justificación. Gobierno y editoriales se apoyan mutuamente porque tienen un objetivo común: imponer sus deseos; unos la venta, otros la LOMCE.
Hasta aquí, salvo por la implantación de la LOMCE, es una situación que se repite año tras año y que no nos coge de sorpresa a las familias, pero lo que CEAPA no puede consentir es que se mienta a la opinión pública y se dé un tinte “festivo” con declaraciones como las que se han hecho en las que se afirma que “el curso ha comenzado con total normalidad en todas las Comunidades Autónomas, ya que en todas las regiones se han comprado los libros de texto con el nuevo currículum de la LOMCE por parte de todas las familias”. Esto es para ellos la normalidad: que todas las familias compren los libros de texto. Es “normal”, por lo que se ve, tanto para el Gobierno como para las editoriales, pero no para las familias que tienen que comprarlos.
En muchos centros hay docentes en los que concurren cualificación con concienciación y, debido a ello, hace tiempo que han comenzado a utilizar otros recursos didácticos alejados de los libros de texto convencionales y, por lo tanto, ya hay muchas familias que no tienen que peregrinar a las librerías para dejar el salario de septiembre en la compra de libros de texto para sus hijos e hijas.
Estas declaraciones suponen también una falta de respeto hacia todas las familias solidarias que están donando los libros de texto y a todas las Asociaciones de Padres y Madres que están organizando y sacando adelante sus bancos de libros.
Ni se ha empezado con “normalidad”, ni todas las familias han comprado los libros de texto con el currículo LOMCE, que no “currículum” como dice el Ministerio en su nota de prensa. La comunidad educativa de este país, además, nos merecemos que los que nos administran tengan, al menos, la misma formación que los administrados y que las notas de prensa relacionadas con educación estén redactadas correctamente. Si se quiere falsear la realidad, cuando menos, que se haga sin errores tan evidentes en los comunicados.
Madrid, 16 de septiembre de 2015